Artículo 1°.- Denomínase “Víctimas del Bombardeo de 1955” a la Plazoleta
sin denominación ubicada en la intersección de las avenidas Rivadavia y Presidente
Roque Saenz Peña, en el barrio porteño de Monserrat.
Artículo 2º.- Publíquese y cúmplase con lo dispuesto por el
Art. 89º, inc. 3 y 90º de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.
Artículo
3º.-
Oportunamente procédase a la identificación de la Plazoleta citada a través de
los medios que el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires considere
convenientes, imputando los gastos que demande a la partida presupuestaria
correspondiente.
Artículo
4º.- Comuníquese, etc.
FUNDAMENTOS
Sra. Presidenta:
El 16 de Junio de 1955 se produjo el hecho
conocido como el Bombardeo a la Plaza de Mayo, el cual tuvo la clara finalidad
de dar un golpe de estado en nuestro país y asesinar al Presidente Juan Domingo
Perón.
A las 12.45 horas de aquel día, los
aviones de Marina y Fuerza Aérea bombardean la Plaza, la Casa Rosada, el
edificio de la Confederación General del Trabajo (CGT), el lugar que en aquella
época servía como residencia presidencial y el Ministerio de Ejército entre
otros edificios públicos. Así también, ametrallan sobre los/as transeúntes y
trabajadores/as que circulaban por allí.
El avión piloteado por el capitán de
fragata Néstor Noriega, tira las dos primeras bombas de 100 kilos, una sobre el
centro de la Casa Rosada y la otra, sobre la arista norte del Ministerio de
Hacienda. La tercera bomba cae sobre un autobús con pasajeros/as que, en su
gran mayoría, eran niños/as que iban a la escuela.
El segundo bombardeo tiene como objetivo
la CGT de Azopardo y el Departamento de Policía, en Moreno y Cevallos. A las
15.30 horas, otra tanda de aviones bombardea y ametralla la Casa Rosada, el
Banco Hipotecario y el Ministerio de Hacienda.
Una bomba que cae en la estación de subte
de Plaza de Mayo, acaba con la vida de los/as desprevenidos/as que llegaban al
lugar, siendo en su mayoría trabajadores/as que arribaban al centro porteño a
ejercer sus labores diarias. Un camión estalla alcanzado por el fuego en
Diagonal Norte y San Martín. Otro grupo de aviones dispara sobre los efectivos
del Regimiento 3º de Infantería que se dirigía a la actual CABA desde Avda.
Crovara y Camino de Cintura (La Tablada).
Dos bombas son lanzadas sobre la
Residencia Presidencial, una cae en la Avda. Pueyrredón entre Las Heras y
Vicente López, y la otra, que no estalla, en los jardines de la Presidencia. En
su última pasada, los aviones descargan su fuego sobre la Plaza de Mayo,
masacrando a las personas que recogían a los/as heridos/as y muertos/as; ellos/as
eran enfermeros/as, médicos/as y voluntarios/as que creían que lo peor ya había
sucedido.
La masacre de Plaza de Mayo dejó 308
muertos/as, en su mayoría civiles, según estableció una investigación[1]
del Archivo Nacional de la Memoria (ANM) divulgada en el 2009 por el entonces
secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde. Sólo 12 de los/as
fallecidos/as (4 por ciento del total) estaban dentro de la Casa de Gobierno,
donde impactaron 29 bombas, de las cuales estallaron seis. De la cantidad de
muertos/as, sólo 44 eran militares. De tal forma, la mayoría de los/as
muertos/as y de los/as heridos/as estuvo integrada por población civil,
desarmada, que caminaba por el lugar
"No
hay antecedentes (…) de que miembros de las fuerzas armadas de un país, con la
connivencia de sectores políticos y eclesiásticos, descargaran sus bombas y
ametrallaran a la pacífica población civil, como forma de implantar el terror y
el escarmiento para lograr la toma de poder (…) el furor fratricida se abatió
el jueves 16 de junio de 1955 en el marco de una tentativa de golpe de Estado,
centrándose particularmente en civiles inermes o muy pobremente armados en
defensa de un gobierno no sólo legítimamente constituido, sino también
sustentado por un apoyo popular hasta entonces inédito en los anales de la
historia nacional. Desde aviones fueron lanzadas más de cien bombas (…) La
masacre del 16 de junio de 1955 tiene una continuidad política y en sus
componentes personales, continuidad que serpentea por un camino plagado de
sangre de mártires populares y tiene su gran desemboque criminal el 24 de marzo
de 1976", escribió Eduardo Luis Duhalde en
el prólogo del mencionado Informe.
Hombres, mujeres y niños/as perdieron la
vida, fueron asesinados/as, por la cobardía y canallada de unos/as pocos/as. Esta
tremenda masacre fue silenciada a lo largo de muchos años por parte de los/as
representantes de la historia oficial. Tuvieron que pasar varias décadas para
poder hacer las listas de los/as caídos/as, a quienes se trató de ignorar.
Hechos como éstos deben ser
permanentemente recordados por la importancia y el contexto histórico en que se
produjeron. En tal sentido, nuestra propuesta consiste en colocarle el nombre
"Víctimas del Bombardeo de 1955" a la plazoleta que se encuentra
frente a la plaza donde se produjeron aquellos aberrantes hechos, en memoria de
aquellas víctimas.
Por los motivos aquí expuestos, es que
solicitamos la aprobación del presente Proyecto de Ley[2].
[1]La investigación "Bombardeo del 16 de junio de 1955", fue realizada por la
Unidad Especial de Investigación sobre Terrorismo de Estado del Archivo
Nacional de la Memoria, dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos de la
Nación. Se puede ver la publicación en: http://anm.derhuman.jus.gov.ar/PDF/30-Bombardeo.pdf
[2] Se agradece la
colaboración de la asesora Patricia Gomes en la elaboración del presente
proyecto de Ley, y los aportes realizados por los/as militantes de la Mesa
Nacional por la Igualdad.