jueves, 21 de agosto de 2014

DENOMÍNASE "VÍCTIMAS DEL BOMBARDEO DE 1955" A LA PLAZOLETA UBICADA EN LA INTERSECCIÓN DE LAS AVENIDAS RIVADAVIA Y ROQUE SAENZ PEÑA.-


PROYECTO DE LEY

Artículo 1°.- Denomínase “Víctimas del Bombardeo de 1955a la Plazoleta sin denominación ubicada en la intersección de las avenidas Rivadavia y Presidente Roque Saenz Peña, en el barrio porteño de Monserrat.

Artículo 2º.- Publíquese y cúmplase con lo dispuesto por el Art. 89º, inc. 3 y 90º de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Artículo 3º.- Oportunamente procédase a la identificación de la Plazoleta citada a través de los medios que el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires considere convenientes, imputando los gastos que demande a la partida presupuestaria correspondiente.

Artículo 4º.-  Comuníquese, etc.




FUNDAMENTOS

Sra. Presidenta:

El 16 de Junio de 1955 se produjo el hecho conocido como el Bombardeo a la Plaza de Mayo, el cual tuvo la clara finalidad de dar un golpe de estado en nuestro país y asesinar al Presidente Juan Domingo Perón.

A las 12.45 horas de aquel día, los aviones de Marina y Fuerza Aérea bombardean la Plaza, la Casa Rosada, el edificio de la Confederación General del Trabajo (CGT), el lugar que en aquella época servía como residencia presidencial y el Ministerio de Ejército entre otros edificios públicos. Así también, ametrallan sobre los/as transeúntes y trabajadores/as que circulaban por allí.

El avión piloteado por el capitán de fragata Néstor Noriega, tira las dos primeras bombas de 100 kilos, una sobre el centro de la Casa Rosada y la otra, sobre la arista norte del Ministerio de Hacienda. La tercera bomba cae sobre un autobús con pasajeros/as que, en su gran mayoría, eran niños/as que iban a la escuela.

El segundo bombardeo tiene como objetivo la CGT de Azopardo y el Departamento de Policía, en Moreno y Cevallos. A las 15.30 horas, otra tanda de aviones bombardea y ametralla la Casa Rosada, el Banco Hipotecario y el Ministerio de Hacienda.

Una bomba que cae en la estación de subte de Plaza de Mayo, acaba con la vida de los/as desprevenidos/as que llegaban al lugar, siendo en su mayoría trabajadores/as que arribaban al centro porteño a ejercer sus labores diarias. Un camión estalla alcanzado por el fuego en Diagonal Norte y San Martín. Otro grupo de aviones dispara sobre los efectivos del Regimiento 3º de Infantería que se dirigía a la actual CABA desde Avda. Crovara y Camino de Cintura (La Tablada).

Dos bombas son lanzadas sobre la Residencia Presidencial, una cae en la Avda. Pueyrredón entre Las Heras y Vicente López, y la otra, que no estalla, en los jardines de la Presidencia. En su última pasada, los aviones descargan su fuego sobre la Plaza de Mayo, masacrando a las personas que recogían a los/as heridos/as y muertos/as; ellos/as eran enfermeros/as, médicos/as y voluntarios/as que creían que lo peor ya había sucedido.

La masacre de Plaza de Mayo dejó 308 muertos/as, en su mayoría civiles, según estableció una investigación[1] del Archivo Nacional de la Memoria (ANM) divulgada en el 2009 por el entonces secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde. Sólo 12 de los/as fallecidos/as (4 por ciento del total) estaban dentro de la Casa de Gobierno, donde impactaron 29 bombas, de las cuales estallaron seis. De la cantidad de muertos/as, sólo 44 eran militares. De tal forma, la mayoría de los/as muertos/as y de los/as heridos/as estuvo integrada por población civil, desarmada, que caminaba por el lugar

"No hay antecedentes (…) de que miembros de las fuerzas armadas de un país, con la connivencia de sectores políticos y eclesiásticos, descargaran sus bombas y ametrallaran a la pacífica población civil, como forma de implantar el terror y el escarmiento para lograr la toma de poder (…) el furor fratricida se abatió el jueves 16 de junio de 1955 en el marco de una tentativa de golpe de Estado, centrándose particularmente en civiles inermes o muy pobremente armados en defensa de un gobierno no sólo legítimamente constituido, sino también sustentado por un apoyo popular hasta entonces inédito en los anales de la historia nacional. Desde aviones fueron lanzadas más de cien bombas (…) La masacre del 16 de junio de 1955 tiene una continuidad política y en sus componentes personales, continuidad que serpentea por un camino plagado de sangre de mártires populares y tiene su gran desemboque criminal el 24 de marzo de 1976", escribió Eduardo Luis Duhalde en el prólogo del mencionado Informe.

Hombres, mujeres y niños/as perdieron la vida, fueron asesinados/as, por la cobardía y canallada de unos/as pocos/as. Esta tremenda masacre fue silenciada a lo largo de muchos años por parte de los/as representantes de la historia oficial. Tuvieron que pasar varias décadas para poder hacer las listas de los/as caídos/as, a quienes se trató de ignorar.

Hechos como éstos deben ser permanentemente recordados por la importancia y el contexto histórico en que se produjeron. En tal sentido, nuestra propuesta consiste en colocarle el nombre "Víctimas del Bombardeo de 1955" a la plazoleta que se encuentra frente a la plaza donde se produjeron aquellos aberrantes hechos, en memoria de aquellas víctimas.

Por los motivos aquí expuestos, es que solicitamos la aprobación del presente Proyecto de Ley[2].





[1]La investigación "Bombardeo del 16 de junio de 1955", fue realizada por la Unidad Especial de Investigación sobre Terrorismo de Estado del Archivo Nacional de la Memoria, dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Se puede ver la publicación en: http://anm.derhuman.jus.gov.ar/PDF/30-Bombardeo.pdf
[2] Se agradece la colaboración de la asesora Patricia Gomes en la elaboración del presente proyecto de Ley, y los aportes realizados por los/as militantes de la Mesa Nacional por la Igualdad.