La Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
conmemora los doce años de la denominada "Masacre de Avellaneda",
donde fueron asesinados por fuerzas de seguridad Maximiliano Kosteki y Darío
Santillán, y adhiere a las actividades que se realicen por este motivo.
FUNDAMENTOS
Sra.
Presidenta:
El 26 de junio de 2002, en las
inmediaciones del Puente Pueyrredón, se produjo la masacre donde fueron
asesinados y heridos militantes que se habían congregado para reclamar por sus
derechos.
Antes de salir a manifestarse, los/as
integrantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados, concluían la asamblea
con una idea: "más que por alimentos y por planes, la lucha es por la
dignidad y por sostener el Movimiento".
Resulta extraño en el escenario actual imaginar
aquél día, en el que las fuerzas de seguridad (la Policía Federal la Policía de
la Provincia de Buenos Aires, la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval
Argentina en conjunto), bajo la orden de los entonces funcionarios del Poder Ejecutivo
Nacional, reprimieron con balas de plomo el derecho de tantas personas.
Darío Santillán militaba desde
los 17 años. Entendía a la represión como la materialización de la injusticia
cuando los/as oprimidos/as reaccionan con dignidad. Mucho hizo él con su
militancia en la escuela secundaria y en los barrios donde había vivido,
primero en Don Orione y después en La Fe, para despertar las conciencias
adormecidas ante tantos años de marginación. Y cuando esas conciencias
despertaban, se organizaban y exigían, ahí estaban las fuerzas policiales, el
vallado, las armas, toda la violencia represiva del Estado para sostener un
orden injusto contra quienes reclamaban justicia.
A los 21 años, la violencia
institucional, a través de sus peores representantes, truncó los sueños de un
joven militante, Darío Santillán, de profundos valores sociales y con la
energía necesaria para desarrollarlos.
Por su parte, cuando empezó la
represión, otro militante, Maximiliano Kosteki se encontraba socorriendo a sus
compañeros/as, por lo que no fue parte de las primeras filas de la columna,
pero no dudó en sumarse cuándo los disparos se hicieron oír. Con tan sólo 23
años, le arrebataron su lucha en aquel puente, siendo asesinado por la
violencia de las fuerzas de seguridad al igual que Darío.
Doce años han pasado de la
masacre del Puente Pueyrredón. "Aquella jornada aciaga para nuestra
historia en la que las fuerzas de seguridad se llevaban de manera impune y
cobarde la vida de dos militantes populares, símbolos de una generación que
peleó contra la Argentina neoliberal. Maxi y Darío quedarán indelebles en la
Historia como las marcas de aquella juventud que asomó a la política en la
oscura noche neoliberal, en los tiempos en los cuales el partido del ajuste y
la represión gobernaba por encima de cualquier bandera partidaria. Los tiempos
en que el contacto entre el Estado y el pueblo se daba a través de las fuerzas
de seguridad. Los tiempos de la exclusión y las zonas inviables, cuando uno de
cada cuatro argentinos estaba desocupado, más de la mitad bajo la línea de
pobreza y otro tanto en la absoluta indigencia"[1].
Considerando la responsabilidad
de aquellas autoridades públicas que emitieron este tipo de directivas,
dirigidas a la represión de las manifestaciones sociales y a la destrucción de
una juventud pensante y activamente realizadora, es que no podemos dejar pasar
la historia sin apropiarnos de ella, repudiando lo nefasto en cada oportunidad,
y elevando los valores de quienes se animaron a luchar por una sociedad justa e
inclusiva.
Por todo lo expuesto, y en
memoria de la militancia de Maximiliano y Darío, es que solicitamos el
acompañamiento y aprobación del presente proyecto de declaración[2].
[1] Disponible en
http://www.infonews.com/2012/06/26/politica-27118-un-puente-entre-dos-argentinas.php
[2] Se agradece la colaboración de la asesora Marilina
Decurguez en la elaboración del presente proyecto de declaración, y los aportes
realizados por los/as militantes de la Mesa Nacional por la Igualdad.