En coautoria con CAMPAGNOLI,JOSÉ CRUZFERREYRA, PABLO RICARDO; RACHID, MARÍA
PROYECTO DE LEY
Artículo 1°.- Denominase " Envar 'Cacho' El Kadri" a
la plaza seca sin denominación situada en la calle Lautaro al 860 -Sección 48 /
Manzana 147/ parcela 15d/ Comuna 7-.
Articulo 2º - Cúmplase con los artículos 89º y 90º de la
Constitución de la Ciudad.
Articulo 3º - Comuníquese, etc.
FUNDAMENTOS
Sr. Presidenta:
Dicho proyecto de Ley reproduce el Expte. 2092-D-2012
de autoría de la diputada (MC) Delia Bisutti . Sin
lugar a dudas, Envar “Cacho” El Kadri constituye uno de los símbolos de la
militancia popular de aquel amplio movimiento que se conoció como la
Resistencia Peronista a fines de los años '50.
Desde joven instaló su vida en la de
la militancia solidaria, generosa y por lo tanto, sacrificada. Su militancia comenzó
al poco tiempo de producirse el derrocamiento de Perón. Los bombardeos a la
Plaza de Mayo, los fusilamientos de José León Suárez y la proscripción del
peronismo fueron acontecimientos que lo marcaron a fuego. Sobre las causas que
lo llevaron a él y a toda su generación a involucrarse activamente en la
política Cacho decía: “Creo que la primera de todas fue un profundo sentido de
rebeldía ante la injusticia”.
Fue participe de la fundación de la
Juventud Peronista. Al principio, las acciones que llevaban a cabo consistían
en juntarse en la calle Florida y colgar algún retrato de Perón y de Evita, y
desafiando prohibición de nombrarlos a ambos en público. Asimismo, gritaban
consignas en su favor y cantaban la marcha peronista. Su intención era hacer público
y mantener presente, en los años de la prescripción, la figura de Perón y la fuerza del peronismo que se intentaba
silenciar.
Fue militante de las FAP, en
donde desarrolló con otros jóvenes el
destacamento rural en la localidad tucumana de Taco Ralo. Abortado el intento
prematuramente, fue encarcelado por varios años hasta que recuperó la libertad
por obra y gracia de la movilización popular. Integrado inmediatamente a la
militancia del peronismo revolucionario tuvo que seguir el camino del exilio donde
no dejó de trabajar y forjó junto a otros compatriotas, que sufrían la misma
suerte, generosas instancias de solidaridad.
En Francia trabajó ocho años de sereno en el “Theatre du
Soleil” de Ariane Mnouchkine. Participó en organismos de derechos humanos,
siendo miembro fundador de la Association Internationale de Defense des
Artistas Victimes de la Repression dans le monde (AIDA) ONG presidida por
Ariane Mnouchkine, Claude Lelouch y Simone Signoret, entre otros en donde
dununció los crímenes de lesa humanidad. Formó parte del Comité de Solidaridad
con Miguel Ángel Estrella, presidido por Yves Haguenauer, y colaboró en la
fundación de la Asociación Música Esperanza, creada por Miguel Ángel Estrella
luego de su liberación. Participó activamente en el Comité Contra la
Organización del Mundial de Fútbol en la Argentina (COBA), y en numerosos actos
realizados en Europa por la aparición con vida de los detenidos-desaparecidos.
Colaboró con las madres de Plaza de Mayo en sus viajes de denuncia y fue
organizador de la Marcha por 100 Artistas Argentinos Desaparecidos realizada en
Paris en 1979, colaborando en la recolección de fondos para la publicación de
una solicitada con esa lista, realizada por la Comisión de Familiares de
Detenidos y Desaparecidos, en Buenos Aires.
Al mismo tiempo, estudió en la Universidad de Paris y
obtuvo sendos diplomas superiores universitarios en Derecho del Trabajo y la
Seguridad Social (1978) y en Relaciones Internacionales (1979) Ese año publicó
Argentine: una cultura interdite (Francois Maspero Editions, Paris) reuniendo
testimonios sobre la represión cultural de Mercedes Sosa, Ricardo Carpani,
Fernando Solanas, Noe Jitrik, Alberto Adellach, Ignacio Columbres, entre otros,
con epilogo de Julio Cortazar. En 1980 las Ediciones Zeta de Madrid publicaron
la versión en castellano de ese libro.
Con el retorno de la democracia se dedicó a
temas culturales, adoptando como oficio la producción cinematográfica y la
dirección de un sello discográfico, pero siempre intentando aportar a la reconstrucción
del movimiento nacional y popular. En marzo de 1984, produjo la
primera actuación del pianista Miguel Ángel Estrella en el Centro Cultural San
Martín y en el teatro Alberdi de San Miguel de Tucumán en la función de gala
del 9 de julio, continuando su colaboración con la ONG Música Esperanza,
presidida por Estrella, hasta la actualidad. También produjo la presentación de
José Luis Castiñeira, Susana Lago y el grupo Anacrusa, en Obras, el 20 y 21 de
septiembre de ese año.
En 1984 publica Diálogos en el exilio con Jorge Rulli
(Punto Sur Ed, Buenos Aires), reflexión sobre la historia reciente que ambos
protagonizaron, tanto dentro como fuera del país.
A partir de 1985 comienza su colaboración con Fernando
Solanas, produciendo Tangos, el exilio de Gardel (1989) y El Viaje (1992) Esta
actividad de productor cinematográfico lo lleva a participar en seminarios y
congresos, entre ellos: Coloquio sobre Cine Latinoamericano, en Río De Janeiro,
Brasil. Acuerdo de coproducciones entre países de América Latina, Buenos Aires,
México y Brasilia. El protocolo 18 y el intercambio cultural entre Brasil y
Argentina, Brasilia: así como en los festivales internacionales de Cine:
Cannes, Venecia, La Habana, Washington, Denver, Chicago, Miami, San Juan de
Puerto Rico, Bogotá, Río De Janeiro, Gramado, Viña del Mar, Biarritz,
Troia.Bilbao, Huelva, Punta del Este, Montevideo, Mar del Plata.
A partir de 1989 crea, junto a Emmanuel Chamboredon, la
sociedad Milán Sur, especializada en la edición de música de películas, entre
las que sobresalen las bandas sonoras de Ghost, La Cosas del querer, La
sociedad de los poetas muertos, Taxi Driver, El amor y la furia, Como agua para
chocolate, entre unos 400 títulos, licenciados por Milan (Francia) Pero
fundamentalmente produce discos de música argentina, entre otros: Piazzola /
Ginastera y Piazzola Classique, con la Orquesta Sinfónica de Buenos Aires,
dirigida por Pedro I Calderon, Tangos del Sur, de Roberto Goyeneche y Néstor
Marconi, Mano Brava de Salgan y De Lio, Misa criolla, de A Ramirez y Zamba
Quipildor, Carnavales Porteños, de Gustavo Mozzi y el Murgon, Piazzola Clásico,
de la Camerana Bariloche y Daniel Binelli, Astor Piazola: flauta y piano, de
Jorge de La Vega y Carlos Franzetti, Piazzola por Piazzola, con Daniel Piazzola
y su Octeto Electrónico, con Fito Paez, culminando su participación, en dicha
sociedad, con la producción del disco Borges y Piazzola, con Daniel Binelli,
Jairo y Lito Cruz, que ha sido editado en la Argentina, Estados Unidos y Europa
y Japón en 1997.
Se desempeñó como profesor en la Cátedra Ernesto Che
Guevara en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires,
y en las cátedras correspondientes en las universidades de La Plata, Mar del
Plata, y Río Cuarto (Córdoba).
Sus obsesiones fueron el recuerdo de
los compañeros caídos y la voluntad de configurar la memoria histórica de
nuestro pueblo, en ese sentido su aporte a través de charlas y encuentros
-sobre todo con los jóvenes-, sea en barrios, universidades o actos en todo el
país, fue invalorable.
“Como modelo de país no es este el que
soñamos” decía en el año ‘96, “no es este el país por el cual lucharon y
entregaron su vida nuestros compañeros, este es el país del individualismo, del
no te metás, del sálvese quién pueda, de la exclusión social, del modelo
económico que beneficia a unos poco y deja con el rótulo ahora de marginales a
la mayoría de la población”.
A pesar de esa situación Cacho El
Kadri afirmaba que “no nos han vencido, porque somos muchos los que
inorgánicos, independientes, fuera de los partidos o modelos existentes
seguimos pensando que es posible construir otro país, que es posible
transformar las relaciones de competencia, de pisarle la cabeza al que está al
lado, de trepar, de ganar, este modelo que nos han puesto como el único
posible, el modelo del triunfador”. La razón es obvia: el ex presidente terminó
de desestructurar el tejido social, culminó con éxito lo comenzado por los
uniformados y lo hizo, guste o no, en nombre del peronismo. Usufructuando las
banderas históricas arrojó a la miseria y al espanto a millones de personas.
Su muerte, llegó durante su estadía en
Tilcara. Pero esto no significó el final de su figura. Se transformó en fuente
de militancia y principios de muchos jóvenes, su lucha continua en ellos. Cacho
reivindicó hasta el último minuto de su vida la gesta de principios que moldeó
a la Resistencia. Cacho El Kadri significa hoy muchísimo más que una evocación.