domingo, 24 de agosto de 2014

Después de un homicidio ordenaron el desalojo de la villa Papa Francisco

24/08/2014 La Nación on line - Noticias /La Nación - Nota - Buenos Aires - Pag. 28

Los terrenos linderos con la villa 20 estaban usurpados desde febrero; eran tierras contaminadas con metales pesados en las que vivían 700 familias; la zona fue escenario de reiterados hechos de violencia relacionados con el narcotráfico

El miércoles, un balazo en la cabeza acabó con la vida de Melina López a metros de la villa. Su muerte pareció activar todos los resortes que durante seis meses estuvieron dormidos. Ayer, más de 2000 efectivos de tres fuerzas de seguridad irrumpieron en el asentamiento ilegal Papa Francisco para desalojarlo.
"Francisco no se va, Francisco no se va", arengaba la Pony, una de las desalojadas del predio tomado en Villa Lugano. Habían pasado varias horas después de la irrupción de las fuerzas del orden en el terreno de la avenida Fernández de la Cruz y Pola, en Villa Lugano, pero aún quedaban unas 300 personas en la calle que se negaban a ser trasladadas a un parador como lo proponía la asistencia del gobierno de la ciudad.
La usurpación de los terrenos donde se levantó Papa Francisco comenzó en febrero. Cinco punteros -todos procesados, pero en libertad- ofrecieron terrenos en venta. Miserable negocio para aprovecharse de los que nada tienen. Y allí también sentó reales el narcotráfico.
La violencia fue el común denominador de la toma. La violencia de los que mandan a sangre y fuego. Ayer sólo hubo siete personas detenidas.
A media tarde, una asamblea improvisada decidió continuar con el acampe a metros de donde las topadoras continuaban amontonando las chapas y las maderas de las casillas donde vivieron desde el 24 de febrero, cuando comenzó la toma.
El grupo que se negó a aceptar las sugerencias de la Secretaria de Hábitat y del Ministerio de Desarrollo Social acampó entre toldos, colchones apilados y perros deambulando.
El desalojo fue autorizado por la jueza Gabriela López Iñíguez, titular del juzgado N°14 en lo Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires. La orden indicaba que el operativo se realice "al alba" por efectivos de la Policía Metropolitana con asistencia de Gendarmería Nacional y de la Policía Federal.
Para el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, el operativo fue un éxito "sin resistencia y sin incidentes". Para los desalojados no fue tan así. "Me tiré arriba de una nena de 8 años para protegerla y me pegaron varios palazos", le dijo Jeanette a LA NACION, mientras mostraba un moretón en la cintura.
En junio pasado, un censo determinó que en Papa Francisco vivían unas 700 familias. Sin embargo, los números extraoficiales que manejaban ayer fuentes del Gobierno indicaban que fueron unas 500 las personas desalojadas. "Muchas casas estaban cerradas con candado", justificaron.
Miembros del programa Buenos Aires Presente (BAP), dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, y de la Secretaría de Hábitat e Inclusión realizaron un trabajo de convencimiento ante cada familia. La intención era que, con el desalojo consumado, aceptaran ser trasladados en camiones del gobierno porteño. Las pertenencias de quienes accedían eran transportadas a un depósito de Villa Lugano y luego, las personas, alojadas en el parador de Parque Avellaneda donde, les prometían, podrían quedarse hasta encontrar la solución definitiva. Había hasta un equipo de veterinarios que recolectaba los animales de la gente para dejarlos en guarda temporal hasta que sus dueños los puedan recuperar.
La desconfianza primaba en las personas que no aceptaban. "Es como ir a una cárcel: los varones durmiendo por un lado y las mujeres por otro. Así no es la cosa", se quejaba Javier. Algunos pensaban en volver al predio que estaba fuertemente custodiado por la Policía Metropolitana.
La incertidumbre se mezclaba con la frustración y hacía subir la temperatura. Alrededor de las 16, un joven fue detenido cuando intentó agredir a un policía. Un grupo de desalojados intentó rescatarlo. Hubo balas de goma y gas pimienta.
Pablo Ferreyra, (Seamos Libres) denunció que recibió dos balazos de goma y José Campagnoli (Nuevo Encuentro-FPV) dijo que terminó revolcado por el piso. Junto a ellos se encontraban María Rachid yPaula Penacca (Frente para la Victoria).
"No permitiremos que las mafias se aprovechen de la necesidad de otros", dijo minutos después del desalojo la vicejefa de gobierno de la ciudad, María Eugenia Vidal, en una conferencia de prensa. "Desde el primer día de la toma el Ministerio de Desarrollo Social se hizo presente para ofrecer alojamiento y se evaluó caso por caso, se hizo un censo y también sobre el resto de la villa 20", añadió.
El defensor del Pueblo porteño, Alejandro Amor, también se refirió al desalojo. "Ahora hay que resolver de manera urgente la reubicación de las personas que se encontraban en el interior del asentamiento, porque quedaron en situación de calle, víctimas del desamparo y de los delincuentes que lucraron con sus necesidades", dijo.
Con lo que tenían a mano los desalojados se acomodaron sobre el pasto, en las veredas, pasando el tiempo tomando mate, jugando al fútbol o tocando la guitarra. Fuentes del gobierno porteño denunciaron que, entre ellos, se mostraba libremente uno de los organizadores originales de la toma. Uno de los que vendía y alquilaba los terrenos. Ayer, según funcionarios porteños, intentaba convencer a los desalojados para que no se retiraran.
La avenida Fernández de la Cruz, entre Escalada y Pola, estuvo cortada al tránsito desde la madrugada. Los carriles del Metrobus fueron cerrados y no circulaba el Premetro.
Esas calles se convirtieron en un ir y venir de carros, hombres con colchones en las espaldas, mujeres arrastrando bolsas con ropa, camiones, policías y ambulancias. Entre ellos había quienes no podían ocultar las lágrimas cuando se producía alguna estampida con la posterior reacción de la policía. "No peguen, no peguen que no es la solución", gritaba Inés. "Por qué no se ponen de acuerdo los gobiernos [Nación y Ciudad] porque lo que nos falta acá es vivienda", pedía.
Cuando la noche era inevitable comenzó a llegar otro tipo de asistencia. A las 17.30 se repartieron botellas de agua y alfajores a la gente que había pasada varias horas sin comer ni beber. Más tarde, militantes de la Corriente Peronista y del Movimiento Evita de Capital organizaron una chocolateada para los más chicos, a quienes también les servían galletitas. Entre los que bailaban al ritmo de unos tambores cuando la Pony dejaba de hablar se juntaban alimentos para la olla popular. El barrio se había mudado a la calle.
Una toma que se prolongó por seis meses
24 de febrero
Predio usurpado
Unas 20 personas se instalaron en el predio lindero a la villa 20. Por causas que se desconocen, una pelea entre los ocupantes terminó a los tiros con la muerte de Osvaldo Soto, de 30 años.
4 de marzo
Pedido de desalojo
La fiscalía pide que se desaloje el predio. La jueza no se expide 20 de marzo Bautismo y desalojo La Cámara ordena el desalojo del asentamiento. Los vecinos bautizan el asentamiento con el nombre Papa Francisco.
30 de marzo
Mesa de diálogo
El espacio generado por legisladores de la oposición y delegados del barrio consigue que se suspenda el desalojo para hallar una solución superadora.
15 de abril
Saneamiento
El gobierno porteño comienza con las tareas preliminares para el saneamiento del suelo del predio, contaminado con metales pesados.
5 de mayo
Detención
La jueza porteña Gabriela López Iñíguez ordenó la detención de Antonio Marcelo Chancalay, puntero y empleado público porteño, acusado de ser uno de los organizadores de la toma. Lo detienen a fines de ese mes. Hoy está libre.
30 de mayo
Censo
Se realiza el censo del predio. Unas 700 familias viven allí. Se estima que son más de 2500 personas 14 de junio Allanamientos La Gendarmería hace un allanamiento y secuestra armas. Detienen a dos personas 20 de agosto Otra muerte En los alrededores de la villa asesinan a Melina López para robarle la cartera..