jueves, 21 de agosto de 2014

Piden normas para garantizar la asistencia sexual a discapacitados



21/08/2014 Tiempo Argentino - Nota - Sociedad - Pag. 30 

Jornada en la Legislatura porteña organizada por la red Sex Asistent, con la presencia de la CTA y la asociación de meretrices 


"Cuando hablan de las necesidades básicas de los discapacitados nunca piensan en nuestra sexualidad", dijo Norberto Butler, afectado de poliomielitis. Lo primero, coinciden, es derribar los prejuicios y reconocer el derecho. 

Roly Villani rvillani@tiempoargentino.com

Esta sociedad en la que vivimos oculta las discapacidades, prefiere vivir haciendo como que no existen. Tanto es así que la corrección política inventó tiempo atrás el neologismo "persona con capacidades diferentes" o "especiales" para ocultar piadosamente el hecho de que hay cosas que esas personas no pueden hacer. Una de esas cosas es tener sexo.
Ayer, en la Legislatura porteña, se organizó el primer encuentro sobre "Trabajo sexual y discapacidad" para tratar de manera multidisciplinaria este tema con vistas a conseguir una legislación que derribe estas barreras. La fuerza movilizadora del encuentro fue la red Sex Asistent, que trabaja en varios países asistiendo a personas con discapacidades (o diversidad funcional). Quien primero tomó la palabra fue Norberto Butler, quien vino en su camilla, acompañado por un asistente de salud. Norberto es profesor de Letras (le faltan dos materias, reconoció) de la UBA. Se encuentra afectado de poliomielitis y vive desde hace muchos años en el Hospital María Ferrer, al que llama, cariñosamente, "mi casa".
"En mi casa no hay lugar para poner en juego mi sexualidad –dijo Butler–. Cada cosa que logramos tuvimos que luchar para conseguirla, tomar los lugares, con los costos y riesgos que eso implica." Visiblemente movilizado por esta temática, Norberto demostró años de reflexión y explicó, por ejemplo, que combaten el término "pacientes" para referirse a las personas internadas en esa institución.
"No somos pacientes, tenemos urgencias", dijo.
"Las instituciones creen que cumplen cuando te brindan las necesidades básicas y entienden por necesidades básicas la comida, el techo, la higiene y, sobre todo, la tele. Pero la sexualidad no entra en las necesidades básicas, dicen las instituciones, y yo les aseguro que sí entra." De acuerdo a los tratados internacionales a los que nuestro país adhie-re, las personas con diversidad funcional tienen derecho a una sexualidad plena. Sin embargo, las instituciones y la sociedad no están preparadas para que se cumpla este derecho. El reclamo es que se haga visible esta necesidad .
UNA EXPERIENCIA. La manera descarnada de contar las cosas que tiene Butler ayudó para plantear el panorama de la sexualidad en la discapacidad.
Contó que, si un interno logra sortear todos sus prejuicios, lo más probable es que se acerque a una trabajadora sexual, pero ahí recién empieza el problema. "Si traés una chica tenés que negociar con el cuidador o enfermero. Dependés de su buena o mala voluntad, y muchas veces te dice 'bueno, dale, traela, pero primero voy yo'." Butler se refirió luego a lo que llamó "polémica velada" respecto de la necesidad de que las personas con discapacidades tengan encuentros con trabajadoras sexuales: "Está dando vueltas por ahí la idea de que 'el disca de alguna manera se arregla'. Pero si no es por las trabajadores sexuales, ¿cómo logramos tener un acercamiento a la sexualidad?" BARRERAS MENTALES. A su turno, Remigia Cáceres, secretaria nacional de Discapacidad de la CTA de los Trabajadores, afirmó: "Lo primero y principal es derribar las barreras mentales: la gente cree que los discapacitados no necesitan tener sexo, no les parece una cuestión importante o peor aún, creen que no tienen deseo. Y partimos de una base, que la gente cree que discapacidad es una sola cosa cuando hay muchos tipos de discapacidades que necesitan distintas herramientas, por ejemplo, los discapacitados psicomotrices o con autismo son situaciones en las que no se maneja el cuerpo." El encuentro, que contó con la adhesión de Gabriela Alegre y María Rachid, estuvo coordinado por Veronika Arauzo, presidenta de la Asociación de Profesionales del Sexo de Catalunya, quien evaluó que el nombre que tiene su agrupación permite entrever que en Europa ya no sólo se pudo lograr que se reconozca el trabajo sexual, sino que este debe ser ejecutado por profesionales.
Georgina Orellano, secretaria general de AMMAR (Asociación Mujeres Meretrices de la Argentina), contó que la organización abrirá un centro para discapacidad en articulación con otras organizaciones y que ya hay una persona del directorio capacitándose en estas cuestiones. "Es una compañera que tiene mucha paciencia y recibe a las madres que vienen a pedir ayuda con sus hijos, casi siempre adolescentes", explicó Orellano. Las madres en cuestión, dijo, se pasan horas explicándole a las integrantes de AMMAR las dificultades que tienen para trabajar con la sexualidad de los chicos, muchas veces en absoluto silencio, sin comentarlo siquiera con sus parejas.
"Una compañera nos contaba la vez pasada que la madre de un chico le pagó una hora en la cual el chico sólo le acarició la piel. Le preguntamos al Equipo de Salud de la organización y ahí nos enteramos de que la sexualidad también es eso." Pero no es sólo una cuestión de madres preocupadas: "El año pasado tuvimos muchas consultas de clientes que preguntaban si teníamos un directorio de departamentos con rampas", contó Orellano. "Son personas a las que se les dificulta ir a un departamento privado a tomar un servicio sexual por imposibilidades motoras, eso se nos escapa de las manos, nuestra reivindicación es el reconocimiento del trabajo sexual y desde allí transparentar los servicios de asistencia sexual a las personas con distintas discapacidades", concluyó. «

un tema profundo, que el cine tocó varias veces

El cine es una gran vidriera que permite visibilizar lo que la sociedad se empeña en ocultar. En ese sentido, su carácter artístico le confiere una sensibilidad mayor que la televisión, siempre pendiente del rating y, por lo tanto, siempre reproductora de los estigmas y prejuicios.
Hay varias películas que trabajan sobre esta temática y que son de gran calidad cinematográfica. Una de ellas es The Sessions (Las sesiones) una película estadounidense independiente dirigida por Ben Lewin y protagonizada por Helen Hunt, Wiliam Macy y el joven Oscar John Hawkes. Basada en los escritos autobiográficos del periodista y poeta Mark O'Brien, cuenta la historia de un hombre confinado en un pulmón artificial que decide, a los 38 años, perder su virginidad con la ayuda de una terapeuta y el asesoramiento de su sacerdote. Otro caso reciente es la película Gabrielle, una historia de amor entre dos personas con síndrome de Williams, protagonizada por Gabrielle Marion-Rivard, una joven diagnosticada realmente con el síndrome y que se alzó con el premio a la mejor actriz en los Canadian Screen Award. La acompaña Alexandre Landry, que conquistó el premio al mejor actor en el Festival de Gijón. La película, de la directora y guionista Louis Archambault, representó a Canadá en los Oscar de 2014.

por la reglamentación La diputada del Frente para la Victoria (FPV), Lorena Saponara, del departamento mendocino de Las Heras, presentará un proyecto de ley que apunta a regular la prostitución, crear un registro único de las mujeres y varones que la ejercen en forma voluntaria, y darles la posibilidad de que tengan cobertura social y jubilación. "Para Saponara, la prostitución es uno de los temas que como sociedad queremos tapar, que tratamos con gran hipocresía, sin importarnos las condiciones en que muchas mujeres la ejercen en forma voluntaria. Frente a esta realidad, cree que el Estado debe garantizar que se respeten los derechos de esas mujeres y varones", la valoran en la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina.
En la Argentina, la prostitución no está prohibida, pero sí el proxenetismo y también los prostíbulos. Para discutir esta visión reglamentarista del tema, frente al abolicionismo, el 4 de septiembre habrá un debate en la comuna de Las Heras.



diversa y placentera

La organización Sex Asistent propone "una sexualidad placentera, diversa y no normativizada, que respete la diversidad humana y la libertad individual y que permita la superación de estigmas sexuales". Sex Asistent es una red mundial multidisciplinar creada en 2012 en Barcelona. Es un proyecto teórico-académico de investigación y promoción de la asistencia sexual que nace desde los espacios de "Mitología de la Sexualidad Especial". Como oradora de Sex Asistent estuvo en la Legislatura porteña Silvina Peirano, fundadora de esta ONG, profesora en educación especial y orientadora sexual en discapacidad.
"Muchas madres se acercan y nos preguntan qué hacer con la sexualidad de sus hijos, sobre todo adolescentes. Es la pregunta que cala hondo y hay que poder dar respuesta dentro de algunos marcos que superen los presupuestos universales y morales. El tema es que es un momento difícil, atravesado por muchas construcciones y no queremos valorar una figura (la de asistente sexual) que no está promovida desde las propias personas con discapacidad fundamentalmente para evitar la acusación fácil de proxenetismo." "Lo que si necesitamos –destacó Peirano– es tener opciones y contar con el apoyo de AMMAR nos permite pensar en encontrar una resolución a esta lucha."

"La chica te pregunta ¿cómo hacemos? Y uno no sabe explicarle cómo poner los cuerpos. Yo creo que la asistencia sexual para los casos severos es fundamental." Norberto Butler

"Las madres acuden a nosotras para que les demos atención a sus hijos. Y hay compañeras que deciden tomar el servicio y otras que no." Georgina Orellano