La
Legislatura de la Cuidad Autónoma de Buenos Aires celebra el "Día Nacional
de la Conciencia Ambiental", que se conmemora cada 27 de septiembre.
FUNDAMENTOS
Señora
Presidenta:
Desde el año 1995, cada 27 de septiembre, se
conmemora en nuestro país el “Día Nacional de la Conciencia Ambiental”. La Ley
N° 24.604 declaró ese día, en memoria de las personas fallecidas como
consecuencia del escape de gas cianhídrico ocurrido en la ciudad de Avellaneda,
Provincia de Buenos Aires, en el año 1993. La mencionada ley expresa además que
todos los años en dicha fecha, se recordarán en los establecimientos
educativos, primarios y secundarios, los derechos y deberes relacionados con el
ambiente, mencionados en la Constitución Nacional, siendo el artículo 41 el más
significativo de todos.
La “Conciencia ambiental” implica conocer qué
es el ambiente, cuáles son los problemas ambientales contemporáneos y qué
podemos hacer desde cada uno de nuestros lugares. Se trata de tener conciencia
de la conveniencia de actuar con respeto y compromiso hacia el lugar en el que
nos toca vivir, teniendo siempre presente que el daño que le hacemos al
ambiente nos lo hacemos a nosotras y nosotros mismas/os y a las generaciones
futuras.
El diagnóstico de la situación mundial indica
que el volumen y extensión de los problemas ambientales actuales es
significativo. Vale entonces la consigna de “pensar globalmente y actuar
localmente”. La globalidad de los problemas nos conduce lógicamente a pensar en
“el todo” (la región, el país, el mundo) más nuestra acción y nuestros
proyectos serán concretos y efectivos si actuamos en “el lugar” donde
transcurre nuestro día a día.
En ese sentido, no hay estrategias mejores que
la educación ambiental y la participación activa de la población. Los caminos
citados implican forjar una “Cultura del Ambiente”, esto es, una cultura
comunitaria que, concientizada de los problemas, principalmente los asociados a
grados relativamente bajos de condiciones de vida de la población y conductas
nocivas del estilo de desarrollo de nuestros países, conduzca a un actuar
cotidiano que favorezca una relación amigable con el ambiente.
Por otra parte se entiende que la “cultura
ambiental” debería basarse en la concientización de que el ambiente tendría que
sustentarse en tres principios básicos: justicia, libertad y solidaridad. Esto
implica crear condiciones para acceder a ambientes justos para todas y todos,
libertad para elegir y/o construir un ambiente digno, ya que sin ella y una
clara aceptación de la pluralidad de identidades personales, no hay libertad ni
justicia social.
Es por ello que solicitamos la aprobación del
presente Proyecto de Declaración.