jueves, 29 de mayo de 2014

Declárese de Interés Cultural de la Ciudad de Buenos Aires la Obra Teatral "Un rubio peronista"

Coautores : RACHID, MARÍA ≈ TAIANA, JORGE ENRIQUE 

PROYECTO DE DECLARACIÓN

Declárese de Interés Cultural de la Ciudad de Buenos Aires la Obra Teatral "Un rubio peronista", realizada por el artista Gustavo Berger, que se presenta todos los sábados y domingos en el Teatro Bambalinas.






FUNDAMENTOS
           
Señora Presidenta:

Gustavo Berger tiene 31 años y hace más de 15 que se dedica profesionalmente a la comedia. A lo largo de su carrera ha desarrollado un estilo muy particular de humor. Como si se tratase de un cronista, a Gustavo le encanta ser testigo, observar y contar lo que ve, reflejando con humor a través de sus monólogos, situaciones cotidianas por las que todas y todos atravesamos.

Es autor de cuatro unipersonales, "Cuento con humor" (2002), "Humor Solo" (2004), "Pido la palabra" (2009) y "Un rubio peronista" (2012), los cuales ha representado en diversos espacios a lo largo y ancho del país, con excelentes críticas. En 2010 realiza su primera incursión en el monólogo político, siendo uno de los fundadores del dúo "Los muchachos humoristas", grupo con el cuál a lo largo de dos años realizó una extensa gira por territorio nacional, recorriendo más de 20.000 km de rutas, de norte a sur y de este a oeste, con el apoyo del público e importantes personalidades de la cultura y la política.

"Un rubio peronista" es un stand up que "está estructurado desde la propia historia de Berger –criado en una familia antiperonista y en un barrio de clase media–, desde donde el comediante analiza situaciones del peronismo desde una mirada nacional y popular, en una puesta que se apoya en los relatos radiales de Enrique Santos Discépolo como nexo entre el pasado y el presente de la realidad política Argentina"[1].

Luego de más de 200 presentaciones en el Paseo La Plaza y giras por todo el país, "Un rubio peronista" vuelve a la escena con su tercera temporada, en el Teatro Bambalinas, todos los sábados y domingo con el tradicional sistema a la gorra. "Cuando estrené el espectáculo pensé que la gente no tenga un impedimento para entrar a la sala. Consciente de que no me conocían, ¿quién iba a pagar una entrada para un pibe que hace stand up político? Hagámoslo a la gorra, que vengan y decidan y se instauró. Hoy es lo mismo si pusiera una entrada paga. (…) La concepción ideológica es 'No quiero que nadie se quede afuera sin ver el espectáculo'. Por suerte anda muy bien. Hacemos publicidad en radios y también imprimimos afiches y todo eso sale de las gorras"[2], sostuvo Berger en una entrevista.

"Lo primero que hace al pisar el escenario del teatro Bambalinas es bromear con que las terceras temporadas nunca son buenas. Hace alusión, claro, al tercer gobierno de Perón. La sala está que explota, estallará de risa y la jornada terminará con dedos levantados en V. Evidentemente, el treintañero tiene un público cautivo, gente que le sigue los pasos porque, como está apoyado en la coyuntura, el show no es nunca el mismo (…) En su discurso aparecen los personajes de la política y de los medios de la Argentina, con nombre y apellido, y también su padre y su madre, como si la historia propia y la del país no pudieran separarse. No pueden, eso demuestra 'Un rubio peronista'. Berger repasa los entredichos con su padre, un gorila –'pero no tanto como se ve en el show', aclara en la entrevista–, y la curiosa historia de su madre, quien pidió el divorcio al enamorarse de una mujer. 'Tengo una mamá lesbiana', dice el comediante en la mitad de la obra, y aprovecha su biografía para referirse a la Ley de Matrimonio Igualitario y a otras que cambiaron la Argentina en los últimos años"[3].

Cuando le preguntan sobre qué función tiene el humor, Berger dice que "siempre es mucho más fácil entrar desde el lado del humor. Entrar a hablar de política desde el lado del humor, es capaz un poco menos violento que empezar a hablar de movida seriamente. Sobre todo, para la gente que no está del todo convencida. También es una herramienta militante, puertas adentro, hacia los que ya estamos militando. Ver a una persona que comparte tus ideales y que te divierte a través de expresar esas ideas o de reafirmarlas levanta el ánimo"[4].

Gustavo Berger, con su obra "Un rubio peronista", nos propone una mirada diferente, comprometida, filosa y sin medias tintas, de la política actual. Desde el humor, realiza un análisis de la realidad política argentina, entrelazando su historia familiar donde habla de él mismo como un joven que decide interesarse por la política y militar, con un padre para quien la política es una mala palabra. "Lo de rubio peronista termina siendo una excusa para empezar a hablar y a debatir ideas desde arriba del escenario"[5].   

Gustavo Berger utiliza el humor como herramienta para la militancia y la risa como camino al pensamiento crítico. La obra apuesta a la diversión, pero también a la reflexión, con la simple pero efectiva contundencia del monólogo político.

Por los motivos aquí expuestos, es que solicitamos la aprobación del presente Proyecto de Declaración[6].











[1] Ver http://www.telam.com.ar/notas/201306/21977-un-rubio-peronista-el-stand-up-como-herramienta-del-analisis-politico.html
[2]  Ver http://blogteatro.blogspot.com.ar/2014/03/gustavo-berger-un-rubio-peronista.html#.U0VfMqh5NSs
[3] Ver http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/10-31284-2014-02-09.html
[4] Idem.  
[5] Idem.
[6] Se agradece la colaboración de la asesora Patricia Gomes en la elaboración del presente proyecto  y los aportes realizados por los/as militantes de la Mesa Nacional por la Igualdad.