Artículo 1°.- Instituyese el 02 de junio de cada
año como el "Día de la Trabajadora Sexual", en el marco del Día
Internacional de La Trabajadora Sexual.
Artículo 2°.- Comuníquese, etc.
FUNDAMENTOS
Sra.
Presidenta:
El
día 2 de junio de cada año, se celebra a nivel internacional, el Día Internacional de las Trabajadoras
Sexuales. Desde hace varias décadas,
el 02 de Junio se ha instaurado tal conmemoración, ya que en esta fecha, pero
del año 1975, en Francia fueron víctimas de una brutal represión cuando se
manifestaban para protestar contra el abuso, asesinatos, discriminación y
violencia en la que se encontraban inmersas, así como por el incremento en las
multas y encarcelamientos. Sin embargo, desoído su justo reclamo, la policía
reprimió la manifestación de forma violenta, en un claro ejemplo de la
violencia institucional históricamente ejercida contra ellas. A pesar de dicha
respuesta represiva, el pueblo las protegió y apoyó, y la protesta de las
trabajadoras se empezó a extender por otras ciudades: Marsella, Montpellier,
Grenoble y París.
En
Argentina, y específicamente en la Ciudad de Buenos Aires, cada 02 de junio se
realiza frente al Congreso de la Nación una actividad de visibilidad del
trabajo sexual, organizado por La Asociación de Mujeres
Meretrices de Argentina (AMMAR).
Esta Asociación nació como respuesta al constante
asedio y violencia institucional histórica, de parte de las fuerzas de
seguridad sobre las trabajadoras. Comenzaron a reunirse a fines de 1994 y en
1995 se sumaron a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), lo que hizo
posible que conozcan otras realidades y abandonen la auto-marginación al
reconocerse ellas mismas como trabajadoras.
Desde 1997 integran
la Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe (RedTraSex), que
tiene como objetivo apoyar y fortalecer a las organizaciones de mujeres
trabajadoras sexuales en la defensa y promoción de sus derechos humanos. La Red
está compuesta por dieciséis países: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa
Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá,
Paraguay, Perú, Republica Dominicana y Uruguay.
Sus historias como
trabajadoras sexuales organizadas demuestran que ellas mismas luchan por
transformar una realidad de abuso, explotación, discriminación y violencia.
Ellas aprenden y desarrollan la capacidad de gestión necesaria para el
crecimiento institucional y se fortalecen en la búsqueda constante por hacer
efectivos sus derechos. Cabe destacar que las trabajadoras sexuales son
triplemente marginadas: por ser mujeres, por ser pobres y por ser trabajadoras
sexuales.
AMMAR trabaja por el
respeto a los derechos de las trabajadoras sexuales en la Argentina y su misión
es defender los derechos humanos y laborales de las mismas, teniendo en cuenta
la importancia de la auto-organización de un sector de mujeres que son
excluidas, discriminadas y marginadas, sometidas día a día e históricamente a
todo tipo de maltratos. Las trabajadoras sexuales de AMMAR son mujeres adultas,
que ejercen el trabajo sexual por consentimiento propio y de manera autónoma.
Buscan así fortalecerse mediante la defensa
de la libertad laboral, a través de conocer y ejercer sus derechos humanos, y
de generar estrategias para el cuidado de la salud integral. Reivindican hablar
de «trabajo sexual» y no de «prostitución», como resultado de una larga batalla
ideológica y política en el marco de la concepción de los derechos humanos y el
respeto por la libre determinación de las mujeres. Es por ello que creen que es
necesario conseguir las condiciones dignas para su trabajo y así salir de la
clandestinidad a la que son expuestas constantemente, motivo por el que se
organizaron como sindicato.
Cabe destacar
que internacionalmente, organismos de derechos humanos sostienen que el trabajo
sexual debe ser regularizado[1].
«En muchos países, las leyes, políticas,
prácticas discriminatorias y actitudes sociales estigmatizantes empujan al
trabajo sexual a la clandestinidad, obstruyendo los esfuerzos para alcanzar a
las trabajadoras sexuales y sus clientes con programas de prevención,
tratamiento, cuidados y apoyo del VIH… Se debe responder efectivamente al
estigma y la discriminación; se debe reducir la violencia y el abuso hacia las
trabajadoras sexuales; y se deberían revisar las barreras legales para su
participación. Lograr los cambios en las condiciones sociales y legales que
limitan el acceso a los servicios [de VIH] llevará tiempo, pero es crucial
implementar ahora las reformas legales y de políticas necesarias». Guía de ONUSIDA sobre VIH y Trabajo Sexual.
Asimismo, señalamos que
el Convenio 111 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), reconoce el
trabajo sexual como trabajo con derechos laborales y define como trabajadora
sexual a «toda persona que consiente
habitualmente en mantener relaciones sexuales con un número indeterminado de
individuos, mediante remuneración».
Aquí en Argentina, si
bien se considera que el trabajo sexual no constituye delito, es decir, es una
actividad lícita, el estigma y la discriminación social son tan fuertes que se obstaculiza
la capacidad de las trabajadoras sexuales para organizarse, asociarse y formar
emprendimientos autónomos. Como consecuencia, se incrementa la exposición de
esta población a la violación sistemática de sus derechos humanos y extorsión
de las fuerzas de seguridad. Se las criminaliza de hecho y esa criminalización
funciona como un «justificativo social» para los abusos, la violencia y la
impunidad.
Corresponde destacar el
Plan Nacional contra la Discriminación en Argentina —aprobado por Decreto Nº
1086/2005 y firmado por el ex presidente Néstor Kirchner— donde en primer
término, con los aportes de la sociedad civil, se desarrolló un verdadero
diagnóstico de situación de poblaciones vulneradas y luego propuestas concretas
de políticas públicas, entre ellas: «18) Promover la sanción de una ley tendiente a amparar a las mujeres
trabajadoras sexuales, reconociendo su derecho a jubilación y seguridad social;(…) 52)
Garantizar en el orden nacional el derecho de
asociación de las mujeres en situación de prostitución, otorgándoles personería
jurídica a las organizaciones que
promueven su protección y la defensa de sus derechos (…) 201) Implementar
los mecanismos judiciales e institucionales para que las detenciones arbitrarias y malos tratos de personas en situación de
prostitución sean investigados adecuadamente, sancionando a aquellos
funcionarios (policías, fiscales, jueces, etc.) que incurran en incumplimientos
de sus obligaciones legales». (el resaltado es
nuestro).
Finalmente, recordamos que la
Constitución de nuestra Ciudad establece en su Artículo 11 que «Todas
las personas tienen idéntica dignidad y son iguales ante la ley. Se
reconoce y garantiza el derecho a ser diferente, no admitiéndose discriminaciones que tiendan a la segregación por
razones o con pretexto de raza, etnia, género,
orientación sexual, edad, religión, ideología, opinión, nacionalidad,
caracteres físicos, condición psicofísica, social, económica o cualquier circunstancia que implique
distinción, exclusión, restricción o menoscabo. La Ciudad promueve la remoción de los obstáculos de cualquier
orden que, limitando de hecho la igualdad y la libertad, impidan el pleno
desarrollo de la persona y la efectiva participación en la vida política,
económica o social de la comunidad». (El resaltado nos pertenece.)
Por lo expuesto y por la imperiosa necesidad de garantizar y promover
los derechos de las trabajadoras sexuales y su ejercicio en condiciones de
igualdad y libertad como establece nuestra Constitución, es que consideramos
que instituir un día en que recuerde a las víctimas de aquel episodio y
visibilice la lucha de éstas mujeres trabajadoras, históricamente vulneradas y
marginadas, es de suma importancia.
Por lo expuesto, se solicita el acompañamiento y aprobación del presente
proyecto de ley[2].
[1]
Ver: http://www.corresponsalesclave.org/2012/10/onusida-trabajo-sexual-y-vih.html
[2] Se agradece la colaboración de la asesora
Julieta Calderón en la elaboración del presente proyecto, y los aportes de
los/as militantes de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina en
Acción por Nuestros Derechos (AMMAR) y de la Mesa Nacional por la Igualdad.