jueves, 25 de septiembre de 2014

Homenaje al ex Presidente Néstor Carlos Kirchner



           
PROYECTO DE DECLARACIÓN

La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires manifiesta su homenaje al compañero y ex Presidente Néstor Carlos Kirchner al cumplirse, este 27 de octubre, el 4º aniversario de su paso a la inmortalidad.




FUNDAMENTOS


Señora Presidenta:

«Recuerdo aquél 25 de mayo de 2003 cuando nos dejaron la Argentina prendida fuego y tuvimos que sacar el pecho para reconstruir la patria», decía el compañero Néstor Kirchner en su recordado discurso en la Plaza de Mayo.

El 25 de mayo de 2003, en una argentina tan lejana y cercana a la vez, asumía como presidente de la República, Néstor Kirchner, con apenas un 22% del pueblo que había puesto en él la esperanza de poder salir de la crisis en la que los procesos neoliberales, con intereses foráneos y apátridos, nos habían sumido. Una crisis que había alcanzado su clímax con el «corralito y corralón», con millones de personas desocupadas, muchas de las cuales no tenían con qué alimentarse.

Néstor solía describir a esta situación como «el infierno», palabra que no es exagerada si consideramos las torturas, las opresiones, la violación sistemática de derechos, que este pueblo sufrió y padeció desde aproximadamente 1955, con los sucesivos gobiernos de facto, y que se tornaron más graves aún en 1976 con la última y peor dictadura cívico-militar, cuyas consecuencias aún duelen en el corazón de los/as argentinos/as. Y a eso debemos sumar los gobiernos neoliberales que aún democracia continuaron destruyendo a nuestro país en lo económico, lo político y lo social.

El proceso de vaciamiento cultural, económico, político y social encontró en el menemismo el intento de consolidación: durante el período 1990/2002, 82 300 empresas cerraron, en gran medida a causa de la apertura desmedida de las importaciones que impedía el crecimiento y la subsistencia de las industrias locales. Por regla general, se colocó al Estado en un rol secundario, pasivo y expectante de los negocios privados que manejaban los destinos del pueblo.

«En mayo de 2003 el país estaba en default, había un 24,7 por ciento de desocupación y un 52,3 por ciento de pobres. En la Argentina había once millones de personas por debajo de la línea de indigencia. Sin embargo, a fuerza de obra pública, mejoras en los términos de intercambio comerciales con el mundo, generación de los llamados superávit gemelos (comercial y financiero), acumulación de reservas en el Banco Central, y un manejo administrado del tipo de cambio, el país logró acumular un crecimiento de su PBI de un 70,3 por ciento entre el segundo trimestre de 2003 y el mismo período de 2010».[1]

Queda claro que el Estado, es decir, los/as argentinos/as, decidimos en 2003 hacernos cargo del rol que debemos cumplir. Y en Néstor Kirchner encontramos la conducción de este nuevo proceso.

De esta forma, el Estado tomó una política de inversión pública, desoyendo las recetas que nos habían llevado a la crisis de la cual intentábamos salir, apostando a la obra pública y a la inversión en infraestructura y bienes de capital.

El proceso de vaciamiento neoliberal, había logrado una profunda ruptura del entramado productivo, que mediante el cierre de fábricas, empresas y demás puestos de trabajo, dejó un saldo de 25% de desocupación. Este rol activo que comenzó a tener el Estado, con el Presidente Kirchner en el gobierno, conformó un círculo virtuoso, donde la generación de industria local, acompañada por la implementación de negociaciones paritarias, de inversión pública y regulación del empleo genuino, propiciaron un escenario de inclusión social y garantizaron condiciones básicas para la reconstrucción del país.

En Argentina, los niveles de pobreza descendieron del 44,3 por ciento en 2004 al 6,4 por ciento en el último trimestre de 2013.

En cuanto al sistema previsional, que ese mismo había sufrido congelamientos, recortes, entre otras vejaciones, comenzó paulatinamente a ampliarse de forma inclusiva, aumentando las jubilaciones mínimas y dando después lugar al traspaso de las viejas AFJP al sistema de reparto, que incluiría más de dos millones de nuevos/as jubilados/as, antiguamente olvidados/as, víctimas de un sistema para pocos/as.

Puede decirse que el modelo económico impulsado por Néstor Kirchner puso a la economía por debajo de las decisiones políticas, es decir, ya no es el mercado, con la «ley del más apto», con sus parámetros de «eficacia» y egoísmo, el que decide el destino de toda una Patria; desde el año 2002 las decisiones son políticas, y la economía, como todos los otros aspectos que conforman una sociedad, son funcionales a estas decisiones políticas, siendo ésta la única manera de llevar a cabo una verdadera justicia social, en un país inclusivo, para todos y todas.

Prueba de esta decisión política es la cancelación de la deuda con el FMI, que nos dejó por saldo un país más libre y soberano.

En cuanto a la educación, se construyeron más de novecientas escuelas, lo que dio la posibilidad de acceder a este derecho a miles de chicos/as, esos/as mismos/as que comenzaron a crecer junto a la sociedad, haciendo del crecimiento común su forma de vida, viendo a sus madres y padres acceder a un trabajo digno, a sus abuelos/as percibir una jubilación cada vez más justa, y a su patria ser cada día más soberana e inclusiva.

Gracias a la decisión política de Néstor Kirchner, el país derogó las leyes de impunidad, «obediencia debida y punto final», y reconoció así que la historia es la base fundamental para reconstruir una Nación, y que mientras el Estado no pidiera el perdón correspondiente y no fueran juzgados/as los/as responsables por los crímenes cometidos hacia su propio pueblo, no hay construcción verdadera posible.

Fue así que se comenzó a juzgar a los verdaderos culpables de las atrocidades cometidas, concientizando sobre la concurrencia de los poderes políticos, militares y económicos participantes en ellas.

En cuanto al reconocimiento de derechos civiles, es un hito para recordar que Néstor votó como diputado nacional a favor de la ley de matrimonio igualitario, con lo que afirmó que el mismo amor debe tener los mismos derechos.

Además, durante su presidencia se sancionaron la Ley Nacional de Migraciones, que estableció un nuevo paradigma basado en la migración como derecho humano fundamental, la Ley de Protección Integral de los Derechos de las  Niñas, Niños y Adolescentes y la Ley del Sistema Integrado de Jubilación para Amas de Casa, todos grandes hitos de la ampliación de derechos.

Y sin duda destacan los enormes avances en materia de salud sexual y reproductiva, como la Ley de Educación Sexual Integral, la Ley de Contracepción Quirúrgica, la Ley de Parto Respetado y la reglamentación de la Ley del Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable.

Sin dudas también es para recordar la profunda renovación de la Corte Suprema de Justicia que promovió cuando los miembros del tribunal que respondían a intereses contrarios a la patria intentaron desestabilizar nuestra democracia. Destacan, en este punto, la designación por primera vez de dos mujeres como miembros de la Corte Suprema (y por cierto, también la designación de una mujer como Ministra de Defensa).

Estos son sólo una pequeña muestra de los grandes hitos que bajo la conducción del compañero Néstor Kirchner tuvieron lugar en nuestro país durante su presidencia.

El 27 de octubre de 2010, Néstor pasó a la inmortalidad con tan sólo sesenta años de vida, dejando una historia que lo trascendería por su obra, por su aporte y por sus profundas convicciones, convicciones que, como prometió, no dejó en las puertas de la Casa Rosada.

Ese día todo un pueblo, la Nación, que de a poco aprendía a reconstruirse, esperaba al famoso censista, tras una amplia campaña de promoción del esperado, nuevo y ampliado censo. Más de un millón de lágrimas comenzaron a ser censadas; con prisa, algunas, para estar en la Plaza del Pueblo, acompañando y sintiéndose acompañadas.

Lágrimas de esperanza, de recuperación, lágrimas de trabajo, de educación, de crecimiento; lágrimas de juventud recuperada, lágrimas sinceras, de amor.

Masivamente las lágrimas brotaban, quizá para abonar las semillas que Néstor había sembrado, y que de a poco fueron convirtiéndose en cantos, en alegría por las conquistas alcanzadas de la mano del Presidente que se estaba despidiendo, para consolidarse en un lugar del alma del pueblo argentino.

Cuatro años después, el pueblo continúa ampliando la conciencia que algunos intentaron dormir, incluyendo a Néstor a las banderas que venimos elevando hace décadas, para poder alcanzar algún día la victoria de una nación justa, libre, soberana e igualitaria.

Porque quienes construimos a diario esta Ciudad de Buenos Aires lo recordamos «sin lamentarnos, por haber hecho caminos, por haber marcado un rumbo, porque emocionó nuestras almas, porque nos sentimos queridos, protegidos y ayudados. Porque interpretó nuestras ansias, porque canalizó nuestro amor. Lo recordamos junto a la risa de los felices, la seguridad de los justos, el sufrimiento de los humildes. Lo recordamos con piedad por sus errores, con comprensión por sus debilidades, con cariño por sus virtudes, por haber cumplido con su deber de hombre». Por todo eso solicitamos la aprobación de este Proyecto de Declaración.



[1] Ver: http://www.argentina.ar/_es/pais/C5393-el-legado-de-nestor-kirchner.php