miércoles, 4 de agosto de 2010

Dos bodas pusieron en la agenda la identidad de transexuales y travestis

Una transexual se casó ayer en Santiago del Estero. Y una travesti, en Tucumán. Contrajeron matrimonio como hombres y con otros hombres, por la nueva ley. Ahora pedirán una norma que modifique su sexo en los registros.

Por: 
Lucia Alvarez
Gaby y Francisco se casaron en Santiago del Estero y entraron en la historia. En medio de la ola de ceremonias que desató la ley de matrimonio igualitario, fueron la primera pareja de un hombre y una trans. Unas horas después, Rody y Juan Carlos se casaron en Tucumán y protagonizaron la primera boda entre un hombre y una travesti. "Esta ley tiene un efecto que va más allá del matrimonio, es más cultural que jurídico: cambian en el imaginario social la identidad de la familia, los viejos roles, el modelo único. El matrimonio no es nuestro principal objetivo, pero nos permite trabajar contra la discriminación y la violencia", había comentado a Tiempo Argentino María Rachid, presidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), cuando la norma no era más que un sueño.
A dos semanas de su promulgación, ese efecto ya es parte del presente y otra demanda, otro derecho, gana terreno hacia el futuro: Gaby se casó como Gabriel, y Rody como Rodolfo. Ninguno de los dos nombres representa la identidad que eligieron para sus vidas. Por eso, la FALGBT presentará en las próximas semanas en el Congreso de la Nación dos proyectos relacionados con la identidad de género de travestis y transexuales: uno del cambio registral y otra del cambio corporal. "Buscamos que nosotras, las más marginalizadas, las más invisibilizadas, dejemos de ser sujetos inferiores y que nos reconozcan como ciudadanos", explicó Lohana Bernkins, dirigente de la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti (ALIT).
Las organizaciones que trabajan con la diversidad sexual estiman que esta ley contará con menos resistencia, pero que el desafío es el desconocimiento. Por eso, planean, como un modo de visibilizar la demanda, una conferencia de prensa en el Congreso para mediados de agosto, que cuente con la presencia de los presidentes de bloque y con los legisladores que apoyan la propuesta. Actualmente, existe en el parlamento un proyecto de identidad de género de la diputada socialista Silvia Augsburger (la misma que, junto con Vilma Ibarra, presentó la ley de matrimonio igualitario) que fue redactado con el asesoramiento de activistas trans de la Federación y cuenta con la firma de otros once legisladores del ARI, Diálogo por Buenos Aires, Frente para la Victoria, Partido Socialista, Proyecto Sur, Peronismo Federal y Coalición Cívica. El objetivo principal de esa propuesta es la creación de una Oficina de Identidad de Género, en el seno de Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, integrada por un equipo interdisciplinario que garantice el derecho a la identidad.
Pero ahora la Federación amplió esa propuesta en dos sentidos. En lo que respecta a la rectificación registral del sexo y el cambio de nombre, se hará eje en tres aspectos: que el trámite sea administrativo y no judicial (actualmente, se necesita la orden de un magistrado que, salvo en el caso de Tania Luna, suele permitir el cambio de nombre si antes hubo una operación de cambio de sexo); que no se realice bajo el diagnóstico de enfermedad (hoy los transexuales deben demostrar que tienen disforia de sexo); y que la ley se rija bajo el parámetro de "derecho a la autonomía" o "no normalización", lo cual significa, en términos concretos, incluir a las travestis. Como la diferencia entre travestis y transexuales es la aceptación de su cuerpo, las travestis que no desean hacer un cambio de sexo, no pueden llamarse como mujeres. Esta ley vendría a suplir esa falta.
En otro sentido, el proyecto busca que los sistemas de salud público y privado garanticen el tratamiento hormonal, la provisión de siliconas y la operación de reasignación sexual. "Actualmente, las trans se hacen la operación en Chile o el Uruguay, en clínicas privadas que les cobran algo así como 15 mil dólares. La idea es que el Estado no sólo garantice sino que acompañe, algo que no implica un gran despliegue para el cuerpo médico. Por ejemplo, en Rosario ya existe, por iniciativa municipal, un tratamiento donde se hace un perfil hormonal, se determina un esquema de trabajo y los médicos dan gratis las hormonas y acompañamiento psicológico. Para ello, no necesitamos ni una capacitación, sólo trabajamos con un protocolo de atención", explicó Esteban Paulón, de la Federación Argentina LGBT.  
La ausencia de una ley de género afecta a Derechos Humanos fundamentales, como la expulsión del sistema educativo, la falta de acceso a la salud o de oportunidades laborales. Además de la estigmatización y la violencia que existen y que la ley en sí no solucionaría, aunque ayudaría a cambiar en el seno de la sociedad. Como explicó Lohana Berkins, "hoy estamos expuestas a una violencia permanente porque nuestras apariencias no son las 'convencionales' de una mujer. Si me internan en el hospital, me llevan a la sala de varones. No se trata de que no me vayan a atender, sino de que voy a estar sometida a burlas, a incomodidades. El tema es la calidad y el acceso a los derechos. Todas cosas cotidianas que paralizan nuestras vidas."